lunes, 16 de septiembre de 2013

Carlo Coupé crea con Black Nylon Corporation su propio y fascinante “centro de gravedad”

Carlo Coupé
Carlo Coupé vuelve a estar de actualidad con su nuevo proyecto llamado Black Nylon Corporation en el que toca todos los instrumentos: teclados, guitarra, percusión, bajo, e incluso canta con excelentes resultados. Acaba de grabar un par de canciones que formarán parte de su primer single que se editará en breve con su propio sello Bewitching y con la ayuda del micro mecenazgo.  En la cara A podremos disfrutar de la canción “My sexy robot” presentada en un magnífico vídeo producido por Dodo Estudio y dirigido por Jaime Martín Pantoja y Julia Sáinz Cortés; y en su cara B, el instrumental “Hypnosis”. Ambos temas son un magnífico compendio de música negra, con detalles de soul-funk de los ochenta, interpretados mediante un toque personal que las convierte en dos piezas de orfebrería  a base de guitarras sutiles, un bajo penetrante, sintetizadores clásicos de los setenta y los ochenta (Moog, Roland, Korg, Yamaha…) y cajas de ritmo como la Oberheim DMX, la Linn LM1 o la Roland TR808.


Carlo Coupé nunca se ha considerado a sí mismo como un teclista virtuoso, principal instrumento al que hasta el momento se le asociaba, sino más bien como un compositor. De lo que no hay duda es que se trata de uno de nuestros mejores maestros de  música negra, con repercusión internacional, que siempre ha destacado por atesorar objetivos artísticos propios con una mente clara y altamente creativa. A parte de su faceta como músico en bandas como los primeros Sweet Vandals, y en dúos magistrales, Carlo es muy conocido por haber producido a los mejores combos estatales de música negra de aquí como son los Teenagers, Refoundations, Vibe Creators, Faith Keepers o Filetones.  Por otra parte, ha trabajado con fabulosos cantantes de la escena internacional como son Mayka Edjole, Glen Anthony Henry, Ola Onabule, con el que grabó hace unos años y cuyo resultado permanece lamentablemente inédito hasta el momento, por razones ajenas a su voluntad, y con Astrid Jones con quien formó su anterior proyecto, Wondertronix, para sacar verdaderas perlas de soulful disco, el soul interpretado con ritmos de baile que estuvo de moda entre finales de los setenta y principios de los ochenta.

Ante tal currículum, entrevistar a Carlo Coupé es un placer y un honor para el Magic Pop, pero no deja de comportar cierta vergüenza ajena al comprobar que su magna obra no es increíblemente portada de, al menos, nuestras revistas especializadas.
Black Nylon Corporation

Pregunta: Tras Wondertronix,  te enfrentas ahora a toda una experiencia en solitario en la que incluso cantas, tocas todos los instrumentos, y vas a editarte, al menos en un principio,  tu propia música. ¿Esa decisión cuánto tiene de propósito artístico y cuánto de necesidad comercial?

Respuesta: Llevaba tiempo dándole vueltas a esta posibilidad: la de hacer un proyecto solo, en el que tuviera el control absoluto, sin tener que depender de un cantante o disponer de presupuesto para pagar a un guitarrista o un percusionista. No sabía si era completamente capaz de poder hacer algo así y me he demostrado a mí mismo que sí. Sé que no soy ni el mejor cantante ni el mejor bajista (como nunca fui el mejor organista o teclista). Pero sé también que no todo el mundo puede hacer lo que yo. Por eso estoy muy orgulloso de Black Nylon Corporation, de ser cantante, instrumentista, letrista, compositor, arreglista, técnico, ingeniero, productor y hasta masterizador. Es el control total de tu trabajo. Y me produce una satisfacción también total.

P: Aunque resulte evidente, nos da la sensación de que con Black Nylon Corporation no solo has trabajado con mucha más libertad que en tus anteriores proyectos sino que, pese a ser tú solo, sorprendentemente el resultado final parece más el propio de toda una banda, incluso mucho más que en anteriores formaciones. ¿Nos podrías describir tu método de trabajo? ¿Cómo has preparado los temas? ¿Has logrado desdoblarte en varios músicos? ¿Has pagado a afamados músicos de estudio para que no revelen el secreto de que también tocaron en este nuevo single?   

R: ¡Jajaja…! Hombre, la cosa tiene su explicación. El misterio de una buena banda de funk o soul consiste, básicamente, en que los distintos componentes comprendan de manera parecida lo que en Stax denominaban “centro de gravedad”, lo que habitualmente solemos llamar groove… Y en este caso, al tocar yo todos los instrumentos, al tocar conmigo mismo, esa comprensión del ritmo de la que hablo está asegurada. No suelo discrepar conmigo mismo, al menos en temas musicales. Mi método de trabajo es muy sencillo. Primero compongo la canción: casi siempre empiezo buscando una combinación armónica que me emocione. Después de encontrar esa sucesión de acordes digamos ideal, diseño la línea de bajo. A veces la línea de bajo es lo primero que me viene a la cabeza y luego busco los acordes. Sobre ese esquema trabajo la melodía vocal y van surgiendo los primeros arreglos. Cuando las distintas partes de la canción están claras preparo la estructura mentalmente. Si funciona, programo la caja de ritmos y a grabar. Lo primero que grabo es precisamente la caja de ritmos, luego el bajo (ya sea eléctrico o sintetizado), los pads armónicos y después voy incorporando los arreglos. Hay veces que corrijo estos últimos hasta el último minuto, antes de mezclar. Lógicamente, lo último, en principio, son las voces. Y después viene la mezcla y la masterización. Ese es el proceso con Black Nylon Corporation. Obviamente, cuando trabajo con una banda el orden de las cosas es ligeramente distinto…

P: Carlo, ¿crees que en este país vamos a superar el terrible complejo, al que algunos  críticos de música nos enfrentan, de que hacemos el ridículo si nos comparamos con las bandas anglosajonas? ¿Deberíamos de dejar de cantar en inglés y pasarnos todos en masa a la fusión con el flamenco para prosperar en el mercado internacional con un producto local?

Carlo Coupé 
R: Quien piensa de esa manera sí que tiene un complejo. Este país, otra cosa a lo mejor no, pero creatividad y talento tiene todo el del mundo. Nada tenemos que envidiar a lo que se hace fuera (al menos en los estilos y disciplinas que a mí me gustan). En España solemos ser muy negativos y darle mucha importancia a las cosas malas del país, en detrimento de las buenas. En todos los países hacen mierda. Y esa mierda es la que mejor se vende. En mi opinión los anglosajones han sabido vender muy bien la idea de que ellos son la vanguardia y la inspiración. Y tienen buenos aparatos de promoción en la prensa y en los medios de comunicación (al contrario que aquí) para propagar esa idea. Pero es un espejismo. Es como los alemanes y su fama de eficientes y perfeccionistas. Si trabajas con ellos te das cuenta de que es un eslogan, una leyenda, y que pueden llegar a ser tan cutres como nosotros o mucho más. Es simple propaganda. La diferencia entre ellos y nosotros es que ellos saben venderse. Nosotros no. El idioma es simplemente una elección. Ahí tienes a mi querido y admirado Alejandro “Cooper”, que ha elegido el español como idioma para comunicarse, pero que, independientemente de esta circunstancia, hace canciones maravillosas de pop. Yo elijo el inglés porque es el idioma del soul y porque quiero que mi música llegue lo más lejos posible, geográficamente hablando.

P: En un reportaje sobre su trayectoria, los injustamente vilipendiados Bee Gees comentaban que, tras dejar atrás su faceta más pop por falta de interés de las discográficas, tuvieron el valor de pasarse a la música disco nada menos que en los Estados Unidos,  cuando ningún blanco se atrevía en los setenta. A ellos les salvó, según contaban, que eran británicos y a un extranjero no se le tenía en cuenta tamaño atrevimiento. Para ti, ¿hacer soul ha sido en algún momento un atrevimiento? 

R: En absoluto. Lo digo con todo el respeto hacia un género que para mí es casi una religión. Pero, sinceramente, he de confesar que para mí, hacer soul, personalmente, siempre ha sido algo de lo más natural. No soy afroamericano –salta a la vista– pero llevo conviviendo con la música negra desde mi más tierna adolescencia. A primeros de los 80, en mis años de mayor militancia modernista, con unos 17 o 18 años, devoraba discos de northern soul, de soulful doowop y de funk primigenio. Ya en aquellos años también me interesaban hasta el boogie o el early-rap. Luego fui ampliando mis gustos al modern… Por eso para mí, repito, es algo absolutamente natural. Puede que, por cuestiones raciales, culturales, sociales, etc., no lleve el soul en la sangre pero llevo poniéndome transfusiones diarias durante 30 años. Podría decir que el soul ya forma parte de mí.

Carlo Coupé en su estudio 
P: Tu faceta como productor no tiene desperdicio alguno y los artistas que han tenido el honor de trabajar contigo, no solo están muy satisfechos de tu labor profesional sino que también ensalzan el excelente trato como persona. ¿Qué esperas de los músicos con los que vas a trabajar en su propio proyecto discográfico?

R: Que tengan confianza en mi trabajo. Que crean en mí. Cuando negocio una producción lo primero que dejo claro es que si van a contar conmigo deben darme capacidad de decisión. Si un bajista me va a discutir el volumen de su instrumento en una mezcla, es el bajista el que tiene que producir el disco, no yo. Y me tienen que dejar maniobrar. Si un arreglo no funciona o está fuera de estilo, habrá que cambiarlo, y si ese cambio lo tengo que hacer yo, pues así sea… Si un tempo no me parece adecuado habrá que probar otras opciones. Y si esas otras opciones son las acertadas yo decido. Soy muy pejiguera con los cantantes. E intento sacar lo mejor de ellos. Pero tienen también que dejarse aconsejar en cuanto a emisión, fraseo, estilo… En resumidas cuentas, me tienen que dejar hacer. Aunque otras veces me encuentro con que los artistas llegan al estudio con su trabajo bien hecho y, que ese trabajo me gusta, en cuyo caso todo es mucho más sencillo.

P: Por lo que respecta al material para llevar a cabo la grabación, creo que todo lo que tienes en tu estudio es de los sesenta y setenta por ejemplo una consola Trident del año 1979 y que trabajas siempre en analógico. ¿Cómo resumirías la importancia de estos métodos y aparatos para el resultado final?

Mesa MCI JH636
R: Bueno, la mesa la he cambiado hace un par de años. Ahora tengo una MCI JH636 también de finales de los 70s, que me gusta aún más que la Trident. Es muy parecida a la que Willie Mitchell tenía en sus Royal Studios y con la cual grabó discos de Al Green o Solomon Burke. Lo analógico determina la calidad del sonido, que en mi opinión sigue siendo superior al digital. Además puedes obtener una mayor gama de dinámicas y de colores dependiendo del volumen al que grabes. A mí los discos me suenan a disco cuando están grabados en analógico. Aunque hay gente que trabaja en digital y le saca buen partido… Pero estos ingenieros o productores tienen una cadena de elementos (micros, previos, procesadores, conversores, consola…) de la máxima calidad. Hoy mucha gente se graba los discos en casa, con un ordenador, con micros y tarjetas de sonido de medio pelo, mezclando internamente en el ordenador… Y luego los discos suenan como el culo. Por mucho que se cuide el master y que el trabajo final lo haga “un especialista”. Pero, bueno, hay que tener en cuenta que el entorno analógico tiene también muchos inconvenientes. El primero de ellos es que hay que saber tocar (pues los pinchazos son mucho más delicados y difíciles y no se puede ni cortar ni pegar). Las cintas y el mantenimiento del equipo son también muy caros… Hace unos años muchos estudios se compraron su multipistas analógico porque parecía que era lo guay y que había demanda. Pero cuando comprobaron que, antes de ponerse a grabar un LP, el cliente tenía que soltar 600 euros sólo en cintas y que el proceso de grabación era mucho más complicado, primero dejaron arrinconados esos equipos y luego acabaron por venderlos. Ahora hay bastantes grabadores de 24 pistas en dos pulgadas en venta.

P: Respecto a la polémica vinilo versus Cd, hay gente que cree que es cuestión de gustos, manías incluso, pero para quienes conocen un poco el mundo discográfico saben que el vinilo comporta un diseño conceptual propio aparte del valor sonoro superior al Cd pese a esa mitificada ausencia de ruidos de fondo. ¿Crees que el vinilo volverá a imponerse? ¿Y si es así comportará nuevas formas comerciales?

Otro fragmento del vídeo de "My sexy robot"
R: No creo que el vinilo se vaya a imponer a nada. Ha vuelto ya, hoy, y parece que para quedarse, en la medida que las estrellas del pop mainstream e incluso algunas multinacionales de música clásica (como las todopoderosas Deutsche Grammophon o Decca) están volviendo a fabricar vinilo. Pero hay que tener en cuenta que lo que se ha impuesto es oír la música en el ordenador o en el móvil, sin importar la calidad del sonido. Y sobre todo la gente quiere la música gratis. Y si no se regalan, la roban. Contra eso no se puede luchar. Es una batalla perdida. Ha cambiado la mentalidad. Cuando yo era joven me privaba de otras cosas para comprarme discos. Hoy la gente joven prefiere tomarse una copa, que luego expulsará de su cuerpo de la manera que todos sabemos, antes que invertir ese dinero en un single, por ejemplo, del que podrá disfrutar toda su vida. Ya no hay retorno.

P: ¿Cuál es tu visión de la industria discográfica a nivel nacional e internacional, y en especial cuál es tu opinión sobre las descargas, la piratería y las leyes que tratan de controlar el flujo de información por la red?

R: La industria ha muerto. Las grandes compañías quedarán sólo, con una actividad y unos ingresos cada vez más raquíticos, para explotar el trabajo de los artistas que más dinero hacen. Seguirán intentando descubrir el pelotazo de turno y por el camino quedarán un montón de jóvenes explotados, quemados y desilusionados, con carreras efímeras por no haber alcanzado las expectativas financieras previstas por las compañías (ya sabes que ahora les quitan la pasta hasta de los bolos). El único futuro está en la autoproducción. En cuanto a la piratería, yo opino que es imposible de controlar. Por eso lo mejor es sacar vinilo y pasar del CD. Hacer una copia en vinilo de un vinilo es más caro que comprarlo originalmente. Pero, claro, eso se puede hacer si te planteas el disco como un medio de difusión de tu trabajo. Si quieres ganar dinero vendiendo discos no sé cuál es el camino, pero ése, desde luego, no.

P: Nos gustaría que con tu experiencia nos hicieras un balance de cómo ha evolucionado la música negra en este país desde tus inicios con el famoso Guateque Sideral de Subterfuge hasta el presente.   

Carlo Coupé
R: Creo que hoy hay mucha más música negra en España que hace unos años y que hay cosas buenas (yo he tenido la suerte de estar metido, como ingeniero o como productor, en algunos de los buenos discos de estos últimos años). Aunque para mí, a muchos proyectos les falta autenticidad. Muchos músicos se han sumado a esta corriente porque creen que es una salida, que hay una especie de moda… Y es gente que viene del jazz, del rock… y que no siente verdaderamente la música negra, que no tiene un bagaje cultural suficiente y muchas veces se nota que es un disfraz. Estos artistas suelen imitar a sus modelos (que siempre son los más obvios) y manejan sólo clichés. Se ha producido además un fenómeno curioso: veo que estamos viviendo una especie de revival del revival (que es una opción tan respetable como otra cualquiera, pero ¿no será mejor copiar al original que la copia? ¿Cuántos imitadores habrá en el mundo de Sharon Jones y los Dap-Kings…?). Vamos, que no todos los días te encuentras a gente como The Teenagers, que vienen del soul, saben de soul, viven el soul como una religión y hacen soul de verdad. Con talento, corazón, franqueza y autenticidad… Eso no abunda. Y no sólo en España.

P: Por último, nada mejor para acabar esta entrevista que nos comentes tus próximos proyectos. Como no podía ser de otra forma, este nuevo single está teniendo una gran y merecida aceptación, y ya estamos esperando con ganas esa fiesta de presentación prevista en el Club Kathmandú de Madrid. Pero... ¿y después?, ¿tendremos más singles, incluso un Lp? ¿Veremos a Carlo Coupé en los escenarios? ¿Saldrán a la luz esos excelentes músicos de estudio a los que has pagado una millonada para que sigan permaneciendo en el anonimato? Tienes que tener en cuenta que tus fans ya teníamos muchas ganas de verte y oírte de nuevo en plena forma como es el caso de esta Black Nylon Corporation.

Su nuevo single
R: Lo que deparará el futuro sólo lo sabremos en el futuro. Pero, bueno, en principio Black Nylon Corporation me ha obligado a adentrarme otra vez en el abominable mundo de la industria discográfica. Y ya que me pongo, lo que tengo claro es que hay que darle vida a Bewitching. En el sello sacaré obviamente mis experimentos con BNC pero también pienso publicar otros proyectos paralelos (ya estoy preparando uno nuevo del que habrá noticias en breve) e, incluso, quién sabe, cosas de otros artistas que se adapten a su filosofía. No sacaré CDs ni LPs. Sólo singles y lo que aquí en España llamábamos hace años maxi-singles (12 pulgadas, a 45 rpm, para que nos entendamos). Lo del directo con BNC está complicado. A menos que me multiplique sobre el escenario con hologramas tridimensionales… Pero quién sabe, a lo mejor se me ocurre algo.

Muchas gracias por tus respuestas.   

Muchísimas gracias a ti.

Nota: Si quieres participar en el proyecto de micromecenazgo con varias opciones puedes hacerlo entrando aquí.


A continuación puedes disfrutar del videoclip de su tema "My sexy robot"  dirigido por Jaime Martín Pantoja y Julia Sáinz Cortés de Dodo Estudio.

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